Culpa de un amigo, que se le dio por poner unas estrofas de una canción, desencadenó que recordara algunos hechos del pasado. La canción en sí es una mezcla de pegote ochentoso donde como siempre hay amor eterno en danza, aunque yo concuerdo con una amiga que el amor eterno dura alrededor de seis meses o un poquito más.
Filosóficamente adhiero a la idea que nada es eterno porque cambia todo cambia (y no sólo porque lo cantara la negra Sosa), el tiempo existe porque existe el cambio. Aristóteles lo definía como la medida de lo que cambia.
Pero no es de filosofía de lo que quiero hablar, por algún motivo misterioso esa canción me trajo a la memoria viejos amores, debe ser que los recuerdos se adosan en las circunvalaciones cerebrales (por supuesto en las personas normales, en mi caso mis escasas neuronas lograron pescar este recuerdo en mi laguna mental. Como siempre mis neuronas en complot me obligan a recordar cosas que no sirven para mi hermoso presente, es decir, ¿para que recordar algo que ni se puede cambiar y no aporta nada productivo a mi actual realidad? Así que este revival tiene bastante de masoquismo y las pocas neuronas que me quedan están en auditoria interna y pende sobre ellas el destierro a la Siberia Mental, como cantaba el Canario Luna: El tiempo me enseñó que los traidores se sientan en la mesa a tu costado. Que razón tiene Tabaré Cardozo por escribir esto)
La mente tiene la costumbre de idealizar el pasado, por eso uno tiene la tendencia a recordar sólo los dulces momentos y olvida los otros (en este caso voy a defender esta postura, conscientemente mi elección es de preferencia recordar las cosas buenas porque si recordara sólo las cosas malas andaría puteando gente por la vida y escupiendo cara a diestra y siniestra. Tampoco se puede ser tan pelotudo de no acordarse de nada de lo malo, en esto comparto aquella vieja frase: perdono…… pero no me olvido)
Pero el itinerario mental me llevo también al triste final de la relación o no tan triste porque eso me permitió conocer otras personas, muchas de las cuales son excelentes y así llegamos al día final, como dice el Gran Combo el aguacero iba socavando, mis ilusiones perdidas. Y en la cuneta, el agua arrastraba una parte de mi vida.
El caso es que ella siempre me hizo acordar al poema de Edgar Allan Poe, Annabelle Lee, sin el final trágico de esta muchacha, debe ser que identificaba la relación con el principio de la segunda estrofa (I was a child and she was a child,/ In this kingdom by the sea;) en realidad no había ningún mar pero un río bien vale y al menos en algo es parecido.
Como dije, la mente siguió acarreando recuerdos y si hasta alguna relación me recordó el poema El Cuervo, de Allan Poe (no es necesario decir que me gusta Edgar Allan Poe) porque parafraseando al pájaro de ébano yo también dije Nevermore y sin ninguna clase de duda hoy seguiría diciendo Nevermore.
Otra me parecía más al poema 15 de Neruda cuando se mandaba: Me gustas cuando callas porque estás como ausente (sigo insistiendo que es una forma muy delicada, de parte de Neruda, de decir nena cállate que me estás aturdiendo) y por suerte cumple las dos premisas: ausente y callada.
Para cerrar el paseo por los recuerdos me llevó a que había alguien que se parecía al poema Excelsior de Henry Wadsworth Longfellow, porque no se soltó de su idea original, aunque me hubiera gustado convencerla de que se quedara conmigo, ya tenía su línea trazada y al igual que el protagonista del poema: Still grasping in his hand of ice/ That banner with the strange device,/ Excelsior!
Pero como a estos esquemas uno entra por propia voluntad, no queda más que ajo y agua, es decir a joderse y aguantarse.
Como siempre pasa, es extraño como una canción medio pedorra logre que uno hilvane un montón de recuerdos desperdigados en un único collar de nostalgia.
Luego de este ejercicio inútil de constricción me di cuenta que por suerte el carrito de mi vida sigue avanzando y siempre me recuerdo que aún me quedan muchos errores por cometer. Así que avanti bersaglieri que la vittoria é nostra.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
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