Recibí un correo con el horóscopo, en realidad no creo en nada de lo que dice, así que no voy a empezar con esa lata de que lo inventaron los Caldeos, que para colmo de males no conocían todos los planetas ni la rosca que son pedazos de piedras en el medio de la nada. Lo que me gustó fue la diversión que me causó leerlo y todas las cosas que se me ocurrieron leyéndolo. Las opiniones están en letra simple
CAPRICORNIO (Dic 22 * Ene 19) - El amante (opa, opa, ni yo me lo creía, a ver si esta chica se entera y me da bola de una vez, no es verdad pero al menos es una buena propaganda)
Ama romper (ups casi digo las bolas).
Agradable (nooooooo, soy medio agreta y ácido, que va)
Fresco (me descubrieron, me pinto las uñas, me maquillo y me gusta que me digan Sheila, Zoraya o Jennifer)
Inteligente (bueno sí, muy inteligente y humilde)
Sexy (Juuuuuuuuuuuuuuuuuasssssssssssssssssss, esa me encanto, soy el Brad Pitt de la cuadra)
Predice el futuro (ta que te parió, si predijera el futuro ya hubiera metido el 5 de Oro, dejate de joder)
Irresistible (yeah, soy el Leonardo Di Caprio del subdesarrollo, ups esa es muy fuerte)
Ama estar en relaciones largas (iiiuuuppppiii, más o menos tan poco la pavada)
Gran hablador (por fin embocaste una hermano, por ahora sólo una)
Siempre consiguen lo que quieren (sí como no, trato negro, trato que no es lo mismo)
Buena onda (depende, a veces me levanto con la nube en mi cabeza y pahhhh)
Aman ganarle a Geminis por deporte (me acabo enterar, quien es de Géminis, quién es de Géminis que te gano a todo menos a las madres, dale mostrate que te gano a todo, eh)
Extremadamente divertido (a veces, a veces y amargo también)
Ama bromear (eso sí, me gusta)
Astuto (soy yogurtu, astuto sobrino mío)
Un Capricornio es un de los signos del zodiaco más estables, seguros y tranquilos (tranquilos? Sí como no, lo demás más o menos nomás).
Son trabajadores (tampoco la pavada), responsables (sí, puede ser) y prácticos (bastante) y dispuestos a persistir hasta sea necesario para conseguir su objetivo (sí de porfiado nomás).
Son fiables (bastantes) y muchas veces tienen el papel de terminar un proyecto iniciado por uno de los signos más pioneros (mirá, no lo sabía, chupate esa mandarina)
Les encanta la música (menos la villera ni el pop latino, odio a Ricky Martín)
Un Capricornio exige mucho de sus empleados (no tengo, cuando tenga te cuento), familiares (ni me dan pelota si exijo) y amigos (otros que tampoco me dan pelota si exijo), pero solo porque se lo exige también a si mismo (a veces debería exigirme más)
Suelen ser personas justas (lo intento, alguna cagada me mando)
No se encuentran entre los signos del zodiaco más felices (lo parió me voy a volver un emo, yo quiero ser un flogger, yo quiero ser un flogger)
Más bien tienden a veces hacia el melancolizo y pesimismo (está bien, no me defiendas más, dejalo así)
Cuando un Capricornio sufre depresión debe buscar ayuda (te dije que estaba, no?)
De hecho un Capricornio debe siembre intentar mantener una estabilidad emocional a través de la meditación, respiración o actividades que le ayudan a relajarse y no perder control de sus emociones (okey, marche una clase de yoga, de budismo zen, acupuntura y corte y confección)
A veces le cuesta a un Capricornio sentirse feliz en sus relaciones personales (y a quién no, claro vos sos feliz siempre, seguro)
Pueden tender a ser reservados con desconocidos (okey, a todos los desconocidos les cuento mi vida, empecemos por la parte que…..)
Es más probable que un Capricornio tenga pocos buenos amigos (hacia los que siente una lealtad absoluta) que muchos amiguetes (definitivamente sí, de tanto tirar fruta alguna le tenías que pegar)
A veces les cuestan las relaciones con el sexo opuesto, aunque una vez se enamoran suelen ser fieles y algo celosos (toma tú que te toca a tí, no es que de vuelta negra, viste me cuesta, espera un poquito que ya va a llegar)
miércoles, 12 de noviembre de 2008
lunes, 10 de noviembre de 2008
El pensamiento maniqueísta
Realizando un trabajo para Historia de la Educación me encontré con planteos simplistas de un todo o nada, blanco o negro. Recordé que este es el básico planteo maniqueo (El maniqueísmo es una antigua “religión” o secta que tomó el nombre de su fundador, el sabio persa Mani (c. 216-c. 276). Básicamente sostiene que hay dos principios de todas las cosas (dualismo): un principio del bien y otro del mal. El primero ha creado las cosas espirituales; el segundo las materiales.)
Tomando una posición de honor es que comienza el juego de maniqueísmo totalitario que consiste en dividir la sociedad en blanco o negro. No se puede salir de ese esquema; o estás con unos o con sus contrarios. Es la lógica del amigo-enemigo, de los nuestros contra los demás. Aunque uno desearía salirse de este espectro simplista que se plantea, este juego está pactado a tomar una posición de todo o nada, reduciendo los movimientos a un simplismo inaudito. Si cualquiera expresara una opinión que extralimitase los patrones creados, indefectiblemente será asimilado a uno u otro lugar, tragado por las disposiciones y devorado por este sistema retorcido.
El maniqueísmo político pretende dirigir a la masa para que sigan una ideología en contra de la rival. La particularidad central radica en demonizar al contrario y hace perfecto lo propio, a riesgo muchas veces de caer en la contradicción.
Es en una posición cómoda, que permite tomar rápidamente decisiones dividiendo al mundo en lo bueno y lo malo; ahorra esfuerzo emocional y gasto de pensamiento; ayuda a excusarse velozmente de todo compromiso y sirve para que, quien se ubica en esta posición, se sienta moralmente superior. En estas condiciones se parece a una vieja película de vaqueros donde de un lado esta el chico bueno, joven, alto, fuerte, guapo y valiente, al que se enfrenta del otro lado al villano, viejo, bajito, débil, feo y cobarde; y encima en estas películas la chica es virgen, bonita, rubia y tonta.
En ningún momento existen posiciones intermedias ni complejidades de la situación. Entonces la salida es instalar una paranoia de que todo el que osa discrepar es un enemigo y llevada por la indigencia intelectual de sustituir toda argumentación por el simple y llano desprestigio. Una paranoia que además se ve acrecentada por el señalamiento del enemigo.
Además esto puede combinarse con la técnica, perfeccionada por el Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels en la Alemania nazi, de repetir algo hasta el cansancio para que se tome por realidad. El enredo bien ejecutado, deliberado, como factor primordial de la mentira, del escarnio, de la ofensa. Sirve para excluir a los rivales. La descalificación personal se convierte en práctica extendida. Sembrar desconciertos y dudas es la mejor arma política. Falsea, falsea y falsea que algo queda. Envía al averno de los malos a tu enemigo y ganaras. El maniqueísmo genera violencia y la violencia maniqueísmo.
Estos esquemas los vemos a diario en política y con una campaña en ciernes lo veremos en todo su esplendor, pero también lo vemos a diario en el relacionamiento humano, donde por diferentes motivos encontramos dos bandos de buenos contra malos.
Por eso no creo eso de que todos los hombres buscan diversión y las mujeres seriedad, ni que todas mis ex-parejas estaban equivocadas y yo en lo cierto, ni de que en todas mis peleas soy el único que tengo razón.
Tomando una posición de honor es que comienza el juego de maniqueísmo totalitario que consiste en dividir la sociedad en blanco o negro. No se puede salir de ese esquema; o estás con unos o con sus contrarios. Es la lógica del amigo-enemigo, de los nuestros contra los demás. Aunque uno desearía salirse de este espectro simplista que se plantea, este juego está pactado a tomar una posición de todo o nada, reduciendo los movimientos a un simplismo inaudito. Si cualquiera expresara una opinión que extralimitase los patrones creados, indefectiblemente será asimilado a uno u otro lugar, tragado por las disposiciones y devorado por este sistema retorcido.
El maniqueísmo político pretende dirigir a la masa para que sigan una ideología en contra de la rival. La particularidad central radica en demonizar al contrario y hace perfecto lo propio, a riesgo muchas veces de caer en la contradicción.
Es en una posición cómoda, que permite tomar rápidamente decisiones dividiendo al mundo en lo bueno y lo malo; ahorra esfuerzo emocional y gasto de pensamiento; ayuda a excusarse velozmente de todo compromiso y sirve para que, quien se ubica en esta posición, se sienta moralmente superior. En estas condiciones se parece a una vieja película de vaqueros donde de un lado esta el chico bueno, joven, alto, fuerte, guapo y valiente, al que se enfrenta del otro lado al villano, viejo, bajito, débil, feo y cobarde; y encima en estas películas la chica es virgen, bonita, rubia y tonta.
En ningún momento existen posiciones intermedias ni complejidades de la situación. Entonces la salida es instalar una paranoia de que todo el que osa discrepar es un enemigo y llevada por la indigencia intelectual de sustituir toda argumentación por el simple y llano desprestigio. Una paranoia que además se ve acrecentada por el señalamiento del enemigo.
Además esto puede combinarse con la técnica, perfeccionada por el Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels en la Alemania nazi, de repetir algo hasta el cansancio para que se tome por realidad. El enredo bien ejecutado, deliberado, como factor primordial de la mentira, del escarnio, de la ofensa. Sirve para excluir a los rivales. La descalificación personal se convierte en práctica extendida. Sembrar desconciertos y dudas es la mejor arma política. Falsea, falsea y falsea que algo queda. Envía al averno de los malos a tu enemigo y ganaras. El maniqueísmo genera violencia y la violencia maniqueísmo.
Estos esquemas los vemos a diario en política y con una campaña en ciernes lo veremos en todo su esplendor, pero también lo vemos a diario en el relacionamiento humano, donde por diferentes motivos encontramos dos bandos de buenos contra malos.
Por eso no creo eso de que todos los hombres buscan diversión y las mujeres seriedad, ni que todas mis ex-parejas estaban equivocadas y yo en lo cierto, ni de que en todas mis peleas soy el único que tengo razón.
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