domingo, 20 de enero de 2008

Mi fracaso con las mujeres y las cadenas de e-mail

Nunca fuí de los más victoriosos con las mujeres, pero al menos tenía un papel digno. Últimamente mis aventuras, perdón, desventuras en el mundo femenino me han hecho preocupar. Por ejemplo mencionaré algunos casos, tampoco voy a hacer leña del árbol caído y menos cuando soy yo el que está por el suelo.
Más de un año hace ya que conocimos a Patricia. Una persona inteligente, delicada, simpática y linda, la cual intentamos conocerla. Programamos una salida y todo ocurrió dentro de lo "normal" de una primera salida. Estuvimos 4 horas charlando, nos reímos, tocamos varios temas y fue una agradable reunión (bueno en realidad supongo que fue una agradable reunión, sino no creo que me hubiera aguantado 4 horas charlando) El problema comenzó al intentar vernos otra vez, por otra parte nunca se produjo. ¿Qué pasó? Un insondable misterio.
Algo parecido ocurrió con Daniela, poco más poco menos, que el relato anterior.
Estos casos, como otros tenías la mismas características, las había conocido por internet, pero el último caso que relataré no era así. Con esta chica, ya nos conocíamos y honestamente me agradaba mucho la idea de salir con ella. Al principio todo iba perfilando para ello, pero nuevamente por un insondable misterio todo se fue posponiendo, enredado y terminó como la canción de Arjona que dijo sí, pero después encontró como 20 excusas para que no.
Juro que me preocupé, que analicé, desmenuzé y otras cosas más en busca de un por qué, pero nada parecía hacer llegar a una conclusión. Nada hasta que al igual que un rayo en el cielo claro una idea llegó a mi mente. Intenté alejarla, pero resultaba que aparecía como la solución que buscaba, hasta que me tuve que rendir frente a los argumentos.
Esa idea que surcó mi mente era nada más ni nada menos que las cadenas de e-mail.
Bueno, ustedes se preguntaran que carajo tiene que ver las cadenas de e-mail con mi fracasos, la respuesta es que yo odio las cadenas de e-mail y sistemáticamente eliminó todas las cadenas que me llegan, no importan sí dieron 114 veces la vuelta al mundo no va a hacer gracias a mí que lo haga 115.
Disculpen pero no creo que sí sigo la cadena el amor de mi vida me va a llamar a 04.32 de la mañana para decirme que ama, sí me llama la puteada que se puede ligar no está escrita, nena no tendrías una hora más normal para avivarte que me amas y de paso me salvo de una pelotuda, porque hay que ser enferma para llamar a las 04.32.
Tal vez ustedes creerán, lo siento por ustedes, nunca apreté ni el F5, ni F6 ni ningún F al final de esos mensajes donde iba a aparecer el nombre del amor de mi vida (¿a que zapallo se le habrá ocurrido esto?)
Pero debo confesar que mi fracaso con las mujeres se debe a que eliminé todos esos e-mail (niños no lo hagan es sus casas) Al borde de la locura y la incredulidad trate de ver como podía remediar y cuantos años de mala suerte me tocaban, contacté hasta Bill Gates, que amablemente con Microsoft rastrearon los e-mails eliminados y llegaron a la conclusión primaria que me tocan 75.362 años de mala suerte.
Inmediatamente elevé una protesta formal a la Corte Electoral y está me informó que el escrutinio final iba a demorar, pero que igual había e-mail observados, anulados y todas esas cosas.
Decidí buscar otras soluciones, iba hablar con el "Peluca", que es amigos de los que tienen carritos, para pedirle herraduras. Pero como no se sí las que traen buena suerte son las nuevas o las usadas desistí de llamarlo.
Entonces se me ocurrió llamarlo al "Pepe" Mujica, seguro que el tiene una lista con los que crían conejos y como las patas de conejos trae buena suerte ahí estaba la solución, pero tampoco sabía si eran las delanteras o las traseras y al fin y al cabo tenía que llevarme sólo las izquierdas, no es bueno que sí el "Pepe" te ayuda yo anduviera llevando patas derechas. Pero sí, ¿solo las derechas traen buena suerte? Absorto en este dilema insolucionable decidí no llamarlo.
Los tréboles de cuatro hojas, otra solución, pero hay que ser boludo para recorrer un campo plantado a buscar con una lupa para encontrar uno.
Recordé casi en ese instante que era bueno para cambiar la pisada bañarse con ruda y así corrí para la Herboristería con una amplia sonrisa en busca de la tan ansiada paz. Indescriptible sorpresa me llevé cuando a mi pedido de Ruda el vendedor expectó la trágica pregunta ¿macho o hembra? A quién carajo se le puede ocurrir que la Ruda era hermafrodita, un sudor frío recorrió mi cuerpo, pero rehaciéndome pregunté si había diferencia. El amable asistente me explicó con lujos de detalles las diferencias y sus diversos usos, que ambas eran para la mala suerte, pero que tenía que decidirme. Envuelto en un mar de dudas pedí un momento para pensar, los e-mails eran machos, por supuesto, por eso son los. Pero cadena termina en a, que es femenino. Jugado por jugado pedí uno de cada uno, con la esperanza de hacer un cóctel entre ambos y que cada uno jugará donde quisiera, pero nuevamente el sagaz empleado me comentó que así reduciría la efectividad a la mitad, es decir que bajaría a 37.681 años de mala suerte, eso si la Corte no me mete alguno de canuto encima.
Con lágrimas en los ojos salí de aquel odioso lugar, caminé perdido por las calles hasta que nuevamente otra idea cruzó mi cerebro. Al principio creí que no fuera posible, pero lentamente comenzó a asomar la esperanza al igual que el sol asoma por el horizonte y luego la idea iluminó con resplandor: la angustia desapareció totalmente de mi vida y desde ese día he vuelto a hacer un hombre feliz.
Ya no me preocupa por lo que va a pasar, con tanta mala suerte nada va a salir bien, pero eso es bueno porque ya sé el final de todo lo que hago. Sí intento algo y no sale, es previsible, no puede ocurrir de otra manera. Ya no llamó a nadie esperando que contesten que sí cuando las invito a salir, o si quieren ir al cine o al teatro. Es decir gasto menos plata y no paso tanto nervio.
No me molesta si una chica linda me dice que no, si fuera fea me diría lo mismo. Nació en mí toda una nueva postura.
Nunca más una chica me dirá sí ....... o no?